Hoy hablaré de política. Uno de mis temas predilectos. De pequeña siempre me decían que iba para política porque hablaba muy bien y siempre estaba al tanto de los periódicos y los informativos. Supongo que si mis padres no me hubieran educado en la honradez hoy me dedicaría a este a veces indigno pero necesario oficio.
Obama ha ganado. Yo tenía mis dudas pues muchos blancos demçocratas (los que estaban con Hillary) apoyaban a McCain porque consideraban que defendía mejor los intereses del país que su propio candidato (esto sería inimaginable en España). Con la elección de un presidente mulato (que no negro. Si etuviese casado con una blanca no parecería tan negro) educado entre gente blanca (no es el negro de las pelis que ha salido de la miseria del Bronx, no nos engañemos) Estados Unidos ha demostrado, una vez más, que anda por delante de nosotros, los europeos, unos cuantos pasos por delante. ¿Cuando se verá aqui un primer ministro mestizo? Quedan unos cuantos años para eso...
A Obama lo comparan con Kennedy. O mejor dicho, comparan la ilusión que ha despertado en su país con la que generó JFK en su día. A Clinton también, hace años, le compararon con Kennedy. En general a cualquier candidato demócrata, joven, lo comparan con Kennedy.
A mi Obama me gusta, no lo voy a negar. Pero lo del cambio, las nuevas esperanzas, la ilusión por hacer del planeta Tierra un mundo mejor ya no me lo creo. Con Clinton si me lo tragué (era más joven e ingenua. Una adolescente) Pero a mis años, con lo que he visto, no me lo creo. Aunque espero equivocarme, eso sí (aún hay que tener esperanzas).
Con lo de la cumbre en Washington y la intención del nuevo mesias Sarkozy de refundar el capitalismo me parto. El otro día escuche que los capitalistas se están cargando el capitalismo, y creo que es cierto. Pero más allá de eso, por lo que veo en mi vida, el capitalismo lejos de desintegrase está cada vez más reforzado en sus injusticias y desigualdades. Se transformará, si, pero a peor. Al fin y al cabo lo que propone ahora Sarkozy lo lleva diciendo desde hace años la ONU y nadie la hace ni puñetero caso, y francamente, no creo que el marido de Carla Bruni tenga más influencia internacional que la ONU. Es cierto que mandan los gobiernos, si. Pero también es verdad que mandan más las empresas. El señor Botín, cuya riqueza me da de comer a mi, pero que por otro compra bancos de manera especulativa y rebaja sueldos a sus empleados (y paga cada vez menos a sus externos, como es mi caso). En fin. ¿Para cuándo una nueva revolución Rusa?
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