martes, 18 de noviembre de 2008

La logistica de la independencia y el lobo estepario

Ayer me trajeron la tele. Lo cierto es que me he vendido por una tele. Domicilié la nómina en Banesto para que me la dieran. Mañana la probaré. La verdad es que estoy deseosa de ver como funciona.

A finales de este mes me traerán los sofás. Y estoy mirando algún mueble. Si me gusta alguno me lo compro. En realidad ya practicamente me puedo independizar. Sólo me falta la lavadora y contratar agua caliente. Pero la duda me persigue... ¿me iré?

De jovencita siempre afirmaba que si alguna vez tenía piso me iría enseguida. Pero cuando creces te das cuenta de que la realidad es diferente. Hay varios puntos a tener en cuenta:

a)En general independizarse cuesta dinero. Descubres que el agua, la luz y el gas no son gratis.
b)Los pamtalones no se planchan solos. Es más, hay que poner lavadoras. En suma, descubres que en casa de tus padres hay un duende mágico llamado mamá y en la tuya no existe (como los Reyes Magos, vamos)
c)La soledad. Está bien eso de no tener que pelearte por el mando de la tele, no tener que limpiar y ordenar cosas que no son tuyas, etc, etc. Pero no puedes comentar con nadie el programa de la tele, ni las noticias, y el silencio a veces es muy pesado (aunque para eso está la tele y la radio, que hacen mucha compañía).

No creo que me independice este año, pero si ire algun fin de semana a dormir. No obstante, cuando me vaya de casa haré lo mismo que mis hermanos (es decir, echarle morro: ir a comer casa de mis papis todos los días). Para el año que viene ya veremos. Pero admito que uno de mis momentos favoritos del día es cuando llego a las once de la noche a casa, tengo la cena hecha y mis padres están sentados en el sofá esperándome. Si me marcho de casa, ese momento favorito del dia desaparecerá.

Carlos siempre me dice que yo no resistiría mucho viviendo sola porque por algún comentario que le he hecho piensa que enseguida me sentiría triste. Y puede que tenga razón. Pero también es cierto que siempre he ejercido cierto afán de independencia y soledad, como lo de ir sola al cine o al museo del Prado; este año me fui sola cuatro dias a la playa; etc, etc. Pero claro, una cosa es la soledad como forma ocasional de pasar el tiempo y otra cosa es como modo de vida. No se cómo lo llevaría a lo largo del tiempo. Siempre he tenido espíritu de lobo estepario y me identifico mucho con Harry Haller, el personaje de Hesse.

"Porque ya resultaba que la soledad y la independencia no eran su afán y su objetivo, eran su destino y su condenación, que su mágico deseo se había cumplido y ya no era posible retirarlo, que ya no servía de nada extender los brazos abiertos lleno de nostalgia y con el corazón henchido de buena voluntad, brindando solidaridad y unión; ahora lo dejaban solo. Y no es que fuera odioso y detestado y antipático a los demás. Al contrario, tenía muchos amigos. Muchos lo querían bien. Pero siempre era únicamente simpatía y amabilidad lo que encontraba; lo invitaban, le hacían regalos, le escribían bonitas cartas, pero nadie se le aproximaba espiritualmente, por ninguna parte surgía compenetración con nadie, y nadie estaba dispuesto ni era capaz de compartir su vida. Ahora lo envolvía el ambiente de soledad, una atmósfera de quietud, un apartamiento del mundo que lo rodeaba, una incapacidad de relación, contra la cual no podía nada ni la voluntad, ni el afán, ni la nostalgia. Este era uno de los caracteres más importantes de su vida"

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