miércoles, 8 de octubre de 2008

Para mis inexistentes lectores

Nadie me lee. Cosa lógica porque a nadie le he contado que me dedico a escribir un blog en los últimos tiempos. Ingenua de mi, pensaba que mi blog lo leerían otros bloggers anónimos, que se lo pasarían bien leyendo mis cartas y que me dejarían mensajitos y toda la pesca. Pero nada de nada. Querido lector anónimo (aparte de mi misma) ¡manifiéstate si estás ahí!

Este afán de exhibicionismo contrasta con mi pudor a la hora de dar a leer aquellas cosas que escribo. Por nada del mundo permitiría que una persona leyera mi diario manuscrito (si, soy de las pocas personas que lo hace. Y lo más increíble es que conservo esta costumbre desde 1991, mucho antes de que existiera internet y esta moda de los diarios personales en la red). Cuando me he presentado a algún concurso literario nunca he dado de conocer mi textos a mis conocidos para que los juzgasen y me diesen consejos. Y cuando he ganado algún certamen y de manera inevitable he tenido que hacer pública la noticia, cuando me han pedido que enseñe el texto ganador siempre he dado largas con el fin de que nadie lo viera. Y cuando no he tenido remedio y lo he mostrado en público, he sentido una enorme vergüenza. No obstante esto hay que matizarlo. No me importa que lean lo que escribo los desconocidos. Con quien siento auténtico pudor es con mis amigos, familiares y conocidos. Imagino que es porque en cada texto pongo algo de mi misma que me gusta salvaguardar. O bien porque sería incapaz de aguantar una mala critica.

De vez en cuando en el trabajo me llevaba algún texto propio para corregir. Ignorante de mi, no pensaba que nadie fuese a descubrir mis cuentos, pero no contaba con la curiosidad de mis compañeros. Un día Juan Carlos me reveló que había leído algunos de estos textos, e incluso me hizo una critica constructiva. El decía que escribía de manera un poco pedante porque utilizaba palabras que en el lenguaje coloquial no se usan. Yo me defendí argumentando que en los concursos se valora especialmente la riqueza de vocabulario, los sinónimos, etc. etc. (aparte en la carrera de periodismo me enseñaron que quedaba muy feo repetir una palabra dos o más veces en el mismo párrafo, salvo que se quisiera lograr un efecto determinado).

En fin, que me encantaría que alguien ajeno a mi me leyese. Eoooo, ¿hay alguien ahí?

No hay comentarios: