"J, soy Javier, estuve el viernes con Victoria en Manchegos 16. Llámame por favor. Gracias".
La recepción de este mensaje en mi movil desde un número desconocido fue el inicio de una pequeña aventura de investigación. ¿Cómo ese Javier sabía mi nombre? Cierto es que hay muchos Javis en mi vida: mi primo, mi jefe, varios compañeros de trabajo... pero o bien tengo su número de teléfono, o bien este mensaje no me lo enviarían ellos. ¿Y Victoria? Sólo conozco dos: a Victoria-clon o a mi compañera de la facultad y no las vinculaba con ningún Javier.
Aunque mosqueada porque ese Javier sabía mi nombre, dejé el asunto pasar. Por supuesto eché a volar mi imaginación. ¿Y si contesto y mensaje a mensaje conozco a Javier y resulta que es el hombre de mi vida? Cosas más raras se han visto.
El viernes, a modo de curiosidad enseñé a mis amigas el mensaje. ¡Craso error! Ellas también alimentaron sus fantasias romanticas y rocambolescas. "Victoria y Javier son amantes y se encuentran en un piso situado en Manchegos 16". "Manchegos 16 es un bar de alterne o un local de moda donde suelen ir J. Javier y Victoria" y mil invenciones más. Picada en mi curiosidad, el sábado le envié un mensaje a Javier diciendole que creia que se trataba de un error. Mensaje a mensaje descubro que es el director de la obra social de una entidad financiera y compañero de Victoria, la chica que estudió conmigo en la facultad. Al final ésta me envia un mensaje pidiendome disculpas y diciendomé que por error le habia dado mi movil en vez de el de otra persona que se llama igual que yo.
¡Adiós hombre de mi vida! ¡Adiós historia romántica! ¡Adiós triangulo amoroso! La verdad es que sonaba todo mejor en mi cabeza. Todo era más bonito en mi imaginación. ¡Qué asco de realidad! Pero como dicen en periodismo... no dejes que la realidad te estropee una buena historia.
P.D. Hoy Barack Obama jura su cargo de presidente de Estados Unidos en Washington. Un día histórico, dicen por ahí.
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