Hoy han salidos las estadísticas del desempleo: 82.000 parados más en febrero de 2010. Más de cuatro millones de personas sin trabajo. Acercandonos peligrosamente el 20% de desmpleados entre la población activa.
Hoy Leire Pajín se felicitaba porque si comparaba los datos con los de febrero de 2009 ls cifras eran muy inferiores. "Estamos evitando que se destruya empleo de manera masiva, tal y como ocurría el año pasado" venía a decir. Leire, guapa, no se destruye más empleo porque ya no hay tanto empleo que destruir. Si trabaja menos gente, menos gente se puede quedar en paro. Es de puro sentido común.
Pero no la tomaré con la señorita Pajín. Ni con Zapatero. Ni con Aznar. Ni con la mierda de sistema capitalista cada vez más competitivo. No, la tomaré directamente con la gestión del gobierno de España a lo largo de los últimos diez-quince años. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos.
No soy una experta economista, ni mucho menos. No es la primera crisis económica de la que tengo conocimiento. En el 1993 la situación fue bastante desagradable también. Pero el problema ahora es diferente. Se destruye empleo y además no hay estructuras donde se pueda generar trabajo. Y ese es el drama.
En primer lugar, la pequeña industria manofacturera, que en España ha empleado mucha gente, directamente ha desaparecido. Zapatos, textiles, juguetes... vienen todos de China, mucho más baratos. España no puede competir, es cierto, con los precios de bajo coste asiáticos que tienen a sus empleados en regimen de semiesclavitud. Pero tampoco se ha especializado en productos de mayor calidad que puedan encontrar otro mercado. Así que ni barato ni caro. Directamente esta industria ha desaparecido.
En segundo lugar, el turismo, la joya de la corona. Cada vez somos menos competitivos, evidentemente. Precios muy elevados y una calidad buena, no diré que no, pero que no se corresponde, en muchos casos, con el precio que se exige. Los alemanes prefieren ahora Croacia, que ofrece lo mismo algo más barato. También la gente hace un turismo distinto al de hace unos años. Se viaja más pero se gasta menos. Otro punto en contra nuestra.
Y la construcción. Nuestro modelo de crecimiento basado en la desmesura del ladrillo estaba condenado al fracaso. Lo de los cinco últimos años estaba sobredimensionado (las ventas, los precios). Los albañiles pasaron de ganar 150.000 pesetas a 500.000 de la noche a la mañana y ahora, como el mercado se reajusta y ganan de nuevo 150.000 pesetas pues están en crisis porque se han acostumbrado a un nivel de vida que antes no tenían y porque evidentemente, las 150.000 pesetas en 2010 no son las 150.000 pesetas del año 2000.
Antes habia trabajo. Mierdero. Mal pagado. Pero habia. Ahora ni eso. Ni bueno, ni malo. Somos unos pocos los privilegiados que trabajamos y damos gracias aunque ganemos poco. La dignidad ha caido por los suelos: me conformo con trabajar, aunque sea por una miseria.
Y encima ahora en la radio insertan unas cuñas de "esto lo arreglamos entre todos" ¿Entre todos ¿Cómo arregla un parado la situación si no tiene empleo? ¿Lo arregla el trabajador trabajando hasta los 67 años y pagando más IVA e IRPF? ¿O lo arreglan los políticos con su despilfarro habitual en informes fantasmas, regalos navideños y coches oficiales? Y lo peor, es que, aunque muchos no quieran verlo, es que esta situación va para largo y no se va a solucionar en tres días.
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