jueves, 17 de febrero de 2011

Trabajo, mujeres y oficina

En mis dos últimos trabajos (antes del que tengo, quiero decir) mis compañeros en su mayoría eran chicos. La verdad es que trabajaba muy a gusto con ellos. Por eso, cuando escuchaba la frase tópica de "prefiero trabajar con hombres antes que con mujeres" dicha en boca de otras féminas, en parte me sentía identificada, pero en parte también me fastidiaba un poco, porque muchas veces las mujeres atacamos a nuestras congéneres como fuente de nuestros problemas (no digo con esto que la culpa la tengan siempre los hombres). Esa falta de "solidaridad" dentro del género, me dolía un poco, pues no me gusta pensar que la peor enemiga de una mujer es otra mujer, porque para mi, es tirar piedras contra nuestro propio tejado.

En mi trabajo actual, al estar en el turno de tarde, mis compañeros son chicos en su mayoría. Y la verdad es que he estado muy a gusto y gracias a mi contacto con ellos he descubierto (o mejor dicho, redescubierro) facetas del género masculino muy interesantes y quizás algo olvidadas. Es cierto que echaba de menos a veces hablar de cosas de chicas, pero lo verdad es que me encuentro muy bien entre mis compañeros varones


Pero estos últimos meses, al estar en el turno de mañana, el género femenino predomina en la oficina, y por mi vivencia, debo decir, con todo el dolor de mi corazón, que la frase de en un trabajo en el que todo son mujeres el ambiente está viciado tiene mucho de cierto (no creo que se trate de un dogma, pero si tiene mucho de verdad).

¿De dónde saco estas conclusiones? En primer lugar he observado que por lo general, las mujeres suelen fijarse más en pequeños detalles que a los hombres les pasan desapercibidos. Es costumbre entre las féminas verbalizar más las cosas, y dentro de esa verbalización entran los pequeños detalles, que muchas veces se interpretan de modo maligno:. "¿Has escuchado lo que dijo? ¿Has visto como se viste últimamente? ¿No te has fijado en que de un tiempo a esta parte se reunen mucho?". Pues bien, evidentemente comentar, y sobre todo, sacarle punta absolutamente a todo, no genera un buen ambiente de trabajo porque da lugar a grupitos, alianzas, etc, etc. Es cierto que los hombres también cotillean y hablan de las mejores jugadas, pero casi siempre se suelen referir a lo obvio, a lo que todo el mundo ve y todo el mundo oye.


Por otra parte, no se si por genética o educación, las mujeres son más emotivas que los hombres y más dadas a mostrar en público sus sentimientos, ya sean buenos o malos. En mi trabajo, todas las chicas (incluida yo misma) en algún momento, han llorado en público. Con más o menos gente, pero han llorado delante de los compañeros, de los jefes incluso. No digo que esta situación genere en si misma un mal ambiente de trabajo, pero si da lugar a comentarios (procedentes de hombres y mujeres) del tipo "está loca", "está desequilibrada", "no está bien de la cabeza", "esta responsabilidad le viene grande" lo cual, a la hora de ascender, de tener una carrera profesional con gran proyección, no favorece mucho a las señoritas.

Y por último la presencia de una compañera atractiva en la oficina y el revuelo que se arma en torno a ella y como se tienden a echar las culpas a la mujer atractiva por parte de las propias compañeras (y compañeros, of course). En mi trabajo, ahora mismo, se está dando el caso, y yo, trato de observar los hechos desde fuera y con objetividad y ver como todo el mundo carga las tintas sobre las mujeres y echa mano a los prejuicios.

Hace año y medio contrataron a una chica gallega. Las malas lenguas dijeron que venía enchufada (yo lo creo así). El caso es que se trata de una joven de 25 años, atractiva, que se sabe sacar partido, que viste con elegancia, muy inteligente, lista, con gran capacidad de aprendizaje y análisis, melosa, extrovertida y con tendencia a tocar, tanto a chicos como a chicas.

No sé si como resultado de estas características o de su enchufe, los dos jefes mayores del reino del Banco (que tienen 32 y 36 años respectivamente) le abrieron todas las puertas y le dieron un trato de favor que no han tenido otros compañeros recién llegadas. Transcurrido un año la compañera se encontraba en un dilema moral: su novio, en Galicia, le dijo que no aguantaba estar separado de ella (ella al parecer tampoco) y que para la mierda de trabajo que tenía y el sueldo que cobrabam que apenas le permitía ir a Vigo una vez al mes, que mejor que ella regresara a su tierra natal y así estarian por lo menos juntos, pues él era (y es) fijo en su empresa. Ella, presa de una gran tristeza, se pone a llorar un día en el trabajo y los jefes del Banco (no de la empresa, sino del Banco) acuden a su rescate: la suben el sueldo y la ascienden. A raíz de esto ella ha explotado su vena atractiva (sigue siendo inteligente y lista, eso no lo vamos a obviar) y hemos llegado a un punto en el que abiertamente le rie las gracias a los jefes, les toca, coquetea abiertamente con ellos y por el trato que mantienen, más que una subordinada, parece una compañera, una colega de trabajo.

Ante tales hechos los compañeros murmuramos. Lo que más me duele, es que todos, chicos y chicas, han cargado las tintas sobre ella. Ella tiene la culpa. Ella es la que se acerca a los jefes. Ella es la que se sabe vender. Ella es la ambiciosa. Ella es la que explota su vena sensual. Nadie habla de su inteligencia (que la tiene), ni de su talento (que lo tiene), ni de su capacidad de trabajo (también la tiene). Aparte, nadie, nadie, no hombres ni mujeres, critica de los jefes (ambos casados, uno con hijos). Nadie dice que los jefes son unos hijoputas porque están jugando con ella. Nadie afirma que "malos son los jefes" porque la están potenciando a ella y a las demás, como no estamos buenas ni reimos las gracias, no existimos para ellos. Nadie critica a los jefes por tocarla el pelo, o acercarse peligrosamente a ella, o invitarla a comer casi todos los días cuando nunca han tenido esos detalles con el resto.

A esta chica, que por supuesto no es inocente (ha llegado a mis oídos que al parecer hay una vacante en el Banco y ella, conocedora de esto, está jugando sus cartas) se la juzga y se la critica por estar buena. No se le perdona saberse vender. En un hombre, se diría que es ambicioso (en el buen sentido del termino) y se haría más hincapié en sus capacidades profesionales. En ella se obvia sus cualidades profesionales y se centra la atención en su físico y a su carácter meloso, al que dicen, le debe todo. Y estos comentarios llegan de hombres y mujeres. Y lo que más me molesta es que todos estos comentarios son en buena parte fruto de los prejuicios, pero en buena parte también, fruto de la asquerosa realidad.

martes, 1 de febrero de 2011

Mentiras, manipulaciones y reforma del sistema de pensiones

Los periódicos anuncían estos días un Pacto Social entre el Gobierno, Patronal y Sindicatos. Dicho Pacto Social incluye medidas para incentivar el empleo entre jóvenes (los más afectados por el desempleo) y la tran manida reforma de las pensiones: jubilación a los 67 años; cotizar 37 años para cobrar el 100% jubilándose a los 67; cotizar 38,5 años para jubilarse con el 100% a los 65 años y ampliar el periodo de cálculo de la cuota de la pensión en diez años (de 15 a 25 años).
Los políticos se muestran contentos porque se trata de una reforma consensuada entre los agentes sociales y los sindicatos se muestran ufanos porque según ellos con estas medidas han salvado los muebles y sobre todo han asegurado las pensiones de los trabajadores/obreros en los próximos cuarenta años.

Y tras esta introducción, aquí va mi opinión:

1) Considero un mal necesario que la jubilación se alcance a los 67 años. Debido a la escasa demografía, a la ampliación de la esperanza de vida y teniendo en cuenta que salvo enfermedad, tenemos medios para llegar a esos años en plenitud de condiciones (otra cosa es que sigamos las recomendaciones para cuidar la salud) considero impepinable que salvo en profesiones penosas (como dice el acuerdo), en las demás la edad de la jubilación se amplie en dos años más.
Pero como digo esto, digo lo siguiente. No me gusta que me vendan la filfa, la mentira, que las pensiones dependen de la demografía. Es verdad que es un factor importante, pero no el único: la productividad y la tasa de actividad son dos elementos fundamentales para mantener el sistema de pensiones. Pero no he oído hablar a nadie (políticos, patronal, sindicatos) para potenciar y mejorar estos factores.
2)Elevar los años de cotización para alcanzar la pensión máxima me parece una patada en el estómago al joven y futuro obrero español, porque básicamente, teniendo en cuenta que hay un 43% de paro entre los menores de 25 años, y la insistencia en que la juventud tiene que formarse (y una persona que vaya a la universidad, que haga un doctorado, etc, se incorpora al mercado laboral tarde), ¿quién narices va a cotizar esos años? En suma, que han puesto unas condiciones que se resumen en que de aqui a cuarenta años, muy pocas personas van a cobrar la totalidad de su pensión. Y eso si que es un recorte de derechos para todos.
Además, tal y como está montado todo, es muy complicado que una persona trabaje de manera más o menos ininterrumpida este periodo de tiempo. Es decir, para cobrar el cien por cien de la pensión habría que empezar a trabajar a los 29 años y no quedarse nunca, nunca, nunca en paro, lo cual, hoy en día es complicado por no decir imposible.
3) Incrementar en diez años (de quince a veinticinco, ¡casi un 80%!) me parece una patada en el estómago, en el culo y una paliza monumental al obrero/trabajador porque esto se traduce en un descenso (como medía) en un 20% del dinero que se va a cobrar cuando uno se jubile (no, pero esto no es reducir los derechos del trabajador, es sólo protegerlos: ajustarnos todos el cinturón para cobrar todos. ¡Ja!)
4)Eso de que las personas (hombres y mujeres) que tengan que abandonar su trabajo para atender a sus hijos puedan cotizar nueve meses por cada hijo hasta un máximo de dos años me parece muy bonito, pero, ¿qué hay de las personas que piden una jornada reducida para cuidar a sus hijos? A esos que les zurzan y que den gracias a Dios porque oye, siguen trabajando. Nadie recuerda que no es lo mismo cotizar cuarenta horas que veinticinco o treinta horas semanales. Quieren que la gente tenga hijos y compatibilice la familia con el trabajo con jornadas reducidas y trabajo parcial, pero a la hora de la verdad, quien hace eso es penalizado por el sistema.

Y francamente, estas reformas me parecen una manera de patear los derechos del trabajador, reducirlos y escupir sobre ellos, y para mi, esto SI se merece una HUELGA GENERAL. Pero como es una reforma que la han pactado entre todos los agentes sociales pues no pasa nada. Resulta que los sindicatos montan una huelga general por la Reforma Laboral porque reduce los derechos del trabajador pero contra este brutal pacto social no dice nada, ni protesta, y como mucho dice "oye, que gracias a mi puedes obtener algo de pensión, que mira que el gobierno quería que fuesen cuarentaiun años los necesarios para cobrar toda la pensión"). Después de esto, ¿cómo quieren que las personas tengan un buen concepto de los sindicatos y no los consideren unos vendidos y sobre todo, los vendedores del trabajador?

Y que decir del PSOE que le está haciendo el trabajo sucio al PP porque esta reforma es quizás la que el PP hubiese puesto en práctica. Pero lo que más me sorprende, hoy en día, es que la gente, viendo esto, todavía diga que "vota al PSOE porque es el único que defiende al trabajador". si esta reforma de pensiones es defender al trabajador que baje Díos y lo vea... (que por otra parte, el PP tampoco defiende los derechos del trabajador).

Aparte, nadie habla de crear más puestos de trabajo, de mejorar la productividad (algo difícil en España que es un país de servicios y no un país industrial). No, nadie habla de eso ni de que los políticos con sólo dos legislaturas cobran el 100% de su pensión independientemente de que trabajen o no el resto de sus vidas. Eso, como dice el presidente del Congreso, es "el chocolate del loro".

En fin, me parece todo sucia propaganda, sucia manipulación y una asquerosa realidad que no va a salvar el sistema de pensiones porque las reformas de calado no se van a realizar (mejorar el tejido industrial, incrementar la productividad, mejorar la competitividad) y yo, tengo muy, muy claro, que esto no va a terminar así. Que si yo llego a la edad de jubilación (que sinceramente, creo que se alcanzará de aqui a unos años a los 70), cobraré menos aún de lo que se va a cobrar ahora, y en el peor de los casos puede que me hagan elegir entre un sistema público y otro privado (si es que puedo tenerlo).
Vamos, que quien tenga dinero y pueda pagarse un sistema privado de pensiones, pues sin problema, pero para el currito/trabajador/obrero pues las cosas no vienen bien dadas.