Literalmente la palabra melancolía significa “humor negro”. En su origen era un término médico con el que los antiguos griegos definían a las personas que hoy llamamos depresivas o tendentes a la depresión.
El significado literal de esta palabra, como de tantas otras, se ha perdido. Ahora se usa para definir un estado permanente y sosegado de tristeza. Hay gente que dice que incluso tiene un punto dulce. La dulce nostalgia. La dulce melancolía. El recuerdo amargo, pero placentero a la vez, porque aunque pesa, no impide llevar una vida normal. Es como un acompañante, no muy liviano, pero que te hace recordar días felices y gloriosos. Y por eso tiene un punto dulce, suave, delicioso.
Y una mierda. La nostalgia, la melancolía, no tiene nada de dulce y agradable. Puede resultar romántica en plan película o novela romántica. “Oh, no es capaz de olvidar un amor pasado. Claro, es que fue tan grande…”. La nostalgia te acompaña, si. Hace que te sientas menos sólo. A veces el dolor es lo único que se tiene, y la gente se agarra a ese dolor porque es su única compañía y por tanto su único consuelo (independientemente de lo contradictorio del argumento). Pero la nostalgia nunca es dulce. No es un dolor agudo, que te quiebre el alma o te parta en dos. Pero no tiene nada de agradable, de dulce. Es dolor, dolor, dolor. Y el dolor nunca es agradable. Ni purifica como creen muchos. Te enseña cosas sobre ti mismo, si. Pero no es redentor de nada.
Sentir nostalgia te ata al pasado y no te deja avanzar hacia el futuro y no se disfruta del presente. Acompaña y quizás te hace sentir vivo, sentir algo, pero nada más. La nostalgia de los tiempos pasados, de las experiencias vividas, es dolorosa y angustiante. Y más cuando es nostalgia amorosa, que lo único que supone es recordarte lo solo que se encuentra uno. Lo lejano que se encuentra de los demás. La ausencia de compañía, de una mano, del abrazo del compañero que te ayuda a sobrellevar la a veces pesada carga del vivir.
PD. Hoy se cumplen diez años de un día que me sumió durante un par de años en la más profunda melancolía. Pero que supuso un aprendizaje importante sobre mi y sobre todo lo que me rodeaba y un cierto cambio de actitud hacía la realidad que me rodea.
miércoles, 17 de octubre de 2012
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