Uno de mis programas favoritos de la tele es Madrileños por el Mundo. Una de las preguntas clásicas a los emigrantes es por qué recalaron en el extranjero.
- Por trabajo. Aquí había más oportunidades para desarrollar mi carrera profesional.
Es cierto que esta respuesta suele ser de ingenieros, investigadores o empresarios. El caso es que con la famosa crisis en España muchos jóvenes bien formados -aquí- se van al extranjero porque aquí no hay trabajo de lo suyo, y si lo encuentran, las condiciones son irrisorias al lado de las condiciones laborales de Alemania, Estados Unidos o Francia, por citar algunos ejemplos.
España siempre ha sido un país que ha exportado trabajadores. No es nuevo el fenómeno de la emigración. Pero lo más preocupante es que ahora, los que salen de España para buscarse la vida fuera de nuestras fronteras, suelen ser los mejores preparados, los más ambiciosos, los que quizás más podrían aportar a nuestro progreso económico, investigador o industrial. Otras naciones se aprovechan de la buena formación que se da en España a aquellas personas que quieren ser grandes profesionales. Nos gusta decir que somos un país de primera división, de los más desarrollados, pero hechos como éste nos hacen aterrizar en la realidad: por mucho que queramos, estamos a años luz de países civilizados como Alemania o Estados Unidos donde independientemente de haber más industria que permite un mayor progreso profesional de ingenieros, médicos, abogados, etc. se premia y se reconoce el esfuerzo, el sacrificio y el trabajo bien hecho, cosa que en España no siempre sucede. Si. Verdaderamente, en algunos aspectos África comienza en los Pirineos.
Pero por otro lado, admito que al ver estos programas a veces me siento un poco acomplejada o inútil. Evidentemente no puedo compararme con un investigador de la vacuna contra el SIDA ni con un ingeniero aeronáutico que trabaje en la NASA, pero al ver que lo mejorcito de España se está marchando pienso, ¿qué pasa, que los que estamos aquí trabajando por y para España somos la purrela de los trabajadores?
Porque vale, quizás yo no haya tenido el valor de irme a un país lejano cuya lengua ignoro, lejos de mi familia y amigos. Quizás haya sido una cobarde o una mediocre al anteponer a mi familia, mis amigos o mi seguridad a una brillante carrera profesional. Es verdad que no he sido ambiciosa, no he querido progresar en mi carrera por encima de todas las cosas. Me he conformado con ganar mil euros de mierda pero ¿eso me convierte en peor persona, en peor trabajador, en peor profesional que los que se van al extranjero a buscarse la vida? ¿Acaso tengo que pedir perdón por haber conseguido un empleo, no muy bien remunera, pero un empleo al fin y al cabo que me permite sobrevivir?
Es cierto que yo - y me refiero no sólo a mi sino a todos los de mi generación que hemos encontrado trabajo y que vivimos aquí- no he sido tan valiente como los que se buscan la vida fuera. Pero creo que somos igual de trabajadores, igual de responsables y porque no, igual de felices que los que ganan fuera tres veces más que nosotros y tienen más posibilidades de ascenso laboral. Y sobre todo, somos nosotros los que con nuestros impuestos, con nuestro trabajo, nuestro consumo y nuestro esfuerzo contribuimos a que España vaya sobreviviendo, con la esperanza, por supuesto, de que mejore algún día y llegue al nivel de otros países.
martes, 18 de octubre de 2011
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