El ocho de marzo se celebra el día de la Mujer (trabajadora). A mi me parece un poco una payasada, porque si, durante un día se recuerda el mal estado en el que se encuentran las mujeres (particularmente en países del Tercer Mundo o en vías de desarrollo). ¿Pero para que sirve recordar esto un día si el resto del año se está haciendo la puñeta al género femenino?.
El los países desarrollados se dice que este día ya no tiene sentido pues las mujeres hoy son dueñas de sus destinos y libres de elegir su modo de vivir. ¡Ja! Eso es en la teoría y si nos quedamos en la superficie. Pero en cuanto se raspa... ¡cuanto difiere todo!
Porque si, en la teoría la mujer está en igualdad de condicines que los hombres, pero en la práctica hay un machismo soterrado, oculto, sibilino, que actua en todas las estructuras.
Lo primero: las mujeres ganan menos que los hombres. Cuando se escucha esto se piensa que a las mujeres les pagan menos que a los hombres haciendo el mismo trabajo. Error. Lo que pasa es que las mujeres ganan menos dinero porque suelen ser personal no cualificado y ocupan los puestos más bajos y peor pagados. He comprobado personalmente que aquellos trabajos donde hay muchas mujeres están mal pagados.
Lo segundo: La maternidad es un hecho natural que supone un lastre para la mujeres en su carrera profesional. Lo siento, pero es así. Es así porque cuando una mujer es madre muchas veces es la que se coge la jornada reducida para ocuparse de su hijo (cosa que no suele hacer el hombre). Eso supone renunciar a sueldo y a tiempo de trabajo, con la correspondiente reducción de posibilidades de ascenso, etc
Lo tercero: no se suele confiar en las mujeres para darles puestos de responsabilidad. No solo por la posibilidad de que sean madres, sino porque en muchas ocasiones los superiores las consideran inestables y volubles. Por eso, cuando una mujer llega a ser jefa-jefa-superjefa, suele ser como un hombre o mucho peor que un hombre, pues ha tenido que combatir en un mundo de hombres (agresivo, competitivo, lleno de machos alfa).
En fin. Lo ideal sería ser iguales a los hombres en derechos, pero mucho me temo que debido a nuestras diferencias corporales (inevitables, necesarias, afortunadas) nunca seremos iguales tampoco en los otros terrenos, para desgracia nuestra
martes, 8 de marzo de 2011
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